Hoy comienza una nueva era

21.03.2021

Hoy comienza una nueva era. No es porque comience la primavera en el hemisferio Norte el día que estoy escribiendo esto, aunque también, sino porque cualquier momento en realidad es un comienzo y ahora mismo, por muchas razones, soy muy consciente de esta posibilidad.

Para empezar, estoy muchísimo mejor, con mi bolsa e ileostomía todavía a cuestas esperando la segunda operación (que traerá su propia nueva era), pero muchísimo mejor: con energía y feliz de estar vivo. Todavía no puedo hacer ejercicio y sigo tan delgado que doy un poco de pena, pero ya salgo a correr cuatro veces por semana. Estoy tan bien que la vorágine de las cosas ha empezado a sepultarme una vez más y me ha apartado de este lugar de encuentro durante varias semanas, lugar de autenticidad para mí, y un lugar en donde espero de corazón que encuentres, lectora o lector, elementos que sean útiles en tu búsqueda.

Pero no. No he sobrevivido tres episodios de cáncer para... para qué, ¿para andar corriendo? Me niego. No estoy vivo, ni yo ni tú, para andar corriendo. Correr de vez en cuando sí, pero no vivir para correr. El verdadero comienzo es que soy muy consciente de esta intención. Sólo puedo materializarla cambiando poco a poco hábitos aprendidos en mi historia personal, y rasgos culturales y de mi civilización, e incluso disposiciones heredadas. Se materializa cambiando una acción al tiempo, un momento al tiempo. "¿Eso no es mucho trabajo?", preguntaba una estudiante en un curso reciente que estoy impartiendo. ¿Y cuál es la alternativa? ¿Seguir corriendo? ¿Qué más tenemos que hacer en la vida además de aprender a vivir?

Llevo intentando vivir con más paz, a veces acertando a veces equivocándome, durante años. Muy conscientemente desde que tuve mi primer cáncer en 2007, sigo aprendiendo y cada vez lo hago mejor. Todavía me queda mucho por aprender. Afortunadamente sigo vivo. No voy a frenar la vorágine, solo puedo una y otra vez, restablecer mi intención y prestar atención a cada paso, cada acción y cada momento, para decidir si estoy ganando o estoy aprendiendo. Si es lo segundo, puedo rectificar o volver a intentarlo. Voy a hacer todo esto con ilusión y sin obsesión para no arriesgarme a crear otra vorágine personal adicional, la de conseguir mi objetivo. No soy Superman ni deseo serlo. No puedo hacerlo solo, no puedo hacerlo todo. Tengo el apoyo de un ejército de gente querida, de los errores de un ejército de gente querida, de la experiencia de un ejército de gente querida.

Apoyar y no perjudicar a este ejército y a mí mismo es la razón por la que mi plan sigue siendo compartir esta búsqueda, que es la tuya, como la tuya es la mía. Lo voy a hacer de una manera distinta hasta ahora. Basta de reflexiones, de ensayos, de este estilo epistolar que nos gusta a muchos pero que a mí, particularmente, ya me ha cansado y creo que no es efectivo. Basta también de memes "inspiradores", frases o artículos promoviendo la salud y el positivismo, basta de bonitas imágenes del día... A menos que conozca su contexto personal, las razones y el estado del alma de quien lo manda, no les voy a prestar atención. Da igual que el/la autor/a sea alguien archiconocido y reputado. No deseo más lecciones vacías, vacías de alma. Recibiré de quien tenga la intención de compartirse conmigo y haré lo posible para compartir solo con quien desee que me comparta.

Esta idea viene después de haber estado revisando vídeos de mis propias clases y presentaciones para ofrecer una muestra a las personas que participan en la formación de instructores de CBCT, el protocolo de meditación en mindfulness y compasión que practico y enseño. No son tantas, pero me he dado cuenta de que puedo estar contribuyendo al ruido y la vorágine con la que estoy luchando precisamente. Esto no significa que voy a dejar de enseñar y mucho menos de escribir; no voy a renunciar a este encuentro con mi alma y con quien quiera encontrarme.

Esta nueva era marcha la intención, sin embargo, de hacerlo de otra forma. Respecto a este blog, voy a escribir historias, con personajes, hechos, contextos, basados en la realidad que conozco, personales, pero en clave de ficción, para proteger la confidencialidad de todos y que resulten menos amenazantes. Voy a contar cuentos breves que encarnen las ideas que vengo queriendo transmitir desde el 2007. En algún momento se reconocerá el hilo conductor de lo que estoy contando y, quizá, si la fortuna se alinea y doy con una editorial interesada, lo publicaré en formato de libro.

Deseo permitir a otras y otros que se acerquen a conocerme: quién soy más que lo que pienso, lo que siento más que lo que esto o aquello me parece. Espero, querida/o lector/a, que tú también te comuniques conmigo de alguna forma, a tu ritmo.

Hoy comienza una nueva era.

Foto cortesía de mi querida hermana, Josefina Fernández Carriba, de la ciudad de Santander, en Cantabria (en el Norte de España)